El Burgos BH deja huella en la primera etapa de la Vuelta a Burgos. Mario Aparicio protagonizó la escapada que quedó anulada por los abanicos y Jetse Bol se midió a los favoritos en la subida final al Mirador del Castillo.
Volvió la carrera de casa, la Vuelta a Burgos, y de qué manera. Desde primera hora de la mañana, muchos aficionados acudieron los alrededores de la catedral de Santa María para ver la salida y animar al equipo local. También se acercaron Daniel de la Rosa, alcalde de Burgos, y Leví Moreno Peláez, concejal de deportes del Ayuntamiento de Burgos, a desear "la mejor de las suertes para toda la carrera".
Le faltaron metros para atacar a Mario Aparicio, que en el primer kilómetro se movió en cabeza de pelotón para formar la que sería la escapada del día junto a otros cinco ciclistas. En cuestión de minutos, el pelotón cedió más de cuatro minutos respecto a la cabeza de carrera, y llegando a alcanzar rápidamente una renta máxima de seis minutos y medio.
Superados los 70 primeros kilómetros, la acción del viento y el trabajo de equipos como el Ineos Grenadiers aceleró el ritmo del pelotón, lo rompió en varios grupos y dio caza a la aventura de Aparicio. A falta de 18 kilómetros, el grupo de favoritos, con Dani Navarro, Ángel Madrazo y Jetse Bol en el mismo, coronó por primera vez el Alto del Castillo. En la segunda y última ascensión al Mirador, Bol remató una jornada excelente de todo el equipo con un octavo puesto ante los favoritos de la carrera.