Nuevo frente para el conjunto burgalés, confiado en poder repetir el buen papel que ya firmaron en la pasada Vuelta a Castilla y León.
Asturias mantiene su tradicional cita con el ciclismo y presenta una nueva edición de su prueba con tres jornadas, un recorrido duro y algunas zonas icónicas. El equipo Burgos BH ha preparado con ilusión una cita en la que quieren seguir avanzando y creciendo como proyecto. Rodeados de un escenario único, se buscará esa victoria que aún se resiste.
El pelotón dará las primeras pedaladas de la carrera el viernes 3 de mayo desde Oviedo. La capital será de esta forma inicio de la etapa y inicial, además de llegada de la jornada final. En ese día que abre la carrera, se recorrerán 179 kilómetros con cinco puertos puntuables en la parte final. Los ciclistas alcanzarán la costa de Candás, y desde Gijón se adentrarán a la montañosa zona de Langreo y Pola de Lena, donde tras un circuito final con el alto de Carabanzo termina la apertura de esta Vuelta Asturias. Mención especial a esa última subida, que con apenas 2 kilómetros tiene una pendiente media de casi el 10% y romperá el pelotón.
El segundo día, la prueba discurre desde Soto de Ribera hasta Cangas de Narcea. Una jornada de 171 kilómetros que se puede considerar como la etapa reina, donde los corredores llegan hasta Avilés y Pravia para afrontar a partir de ese punto dos ascensiones de entidad. La Espina, con 10 km al 5% y El Acebo, con sus 9 km a más del 8%, devolverán a los ciclistas casi de uno en uno a la base del puerto, localidad en la que se sitúa la línea de meta y la salida del día siguiente. La etapa final presenta, tanto en longitud como en dureza, un perfil mucho más asequible. Apenas 120 kilómetros de carretera quebrada, con la dificultad montañosa de El Violeo a 8 kilómetros del final para tratar de romper un posible sprint en las calles de Oviedo.