La quinta etapa de La Vuelta estaba hecha para las fugas. Todos lo sabían. Tal vez por eso se rodó a 52 km/h en la primera hora de carrera y ningún corte logró fructificar hasta la segunda mitad de la jornada.
Entrega sin cuartel, mil y un intentos, trabajo en equipo para neutralizar los cortes... y una sensación de buen trabajo que no tuvo la recompensa de formar parte de la fuga. Los más activos fueron de nuevo Jesús Ezquerra, que recibió por la mañana su premio de la combatividad, Jetse Bol, Ángel Madrazo o Willie Smit. Por su parte, Wellens (Lotto Soudal) consiguió el triunfo en Sabiñánigo y los ciclistas del Burgos-BH se conformaron con guardar fuerzas para seguir peleando en La Vuelta.